Se dice que David danzaba con todas sus fuerzas delante de Yahvé mientras vestía su efod de lino. Los sacerdotes alzaban con pasión el Arca de la Alianza y el pueblo aclamaba al Rey David. Así David bailaba y tocaba su arpa demostrando su adoración por El Eterno. Su danza fue lo que cautivó a Di-os y entonces Di-os envió a Samuel por David diciendo:
"He visto a un joven de Belén, hijo menor de Jesé, que sabe tocar el arpa, es un gran guerrero y es valeroso".
Entonces fue que Samuel fue a buscar al reemplazo de Saúl a casa de Jesé, porque Saúl había cometido un sacrilegio maquiavélico.
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